Los asirios luchaban continuamente para mantener a los distintos pueblos bajo su dominio.
Para demostrar su poder, destruían completamente las ciudades capturadas y las tierras de cultivo que las rodeaban; se llevaban sus tesoros como botín y a sus habitantes los mataban o hacían prisioneros. La mayor parte terminaba como esclavo; el resto era enviado a otras ciudades para que contaran lo que habían sufrido, con el fin de evitar rebeliones.
La infantería estaba armada con arcos, flechas, ondas y lanzas, mientras que la caballería usaba arcos y lanzas. Los carros de guerra, tirados por caballos, llevaban un conductor, un arquero y un soldado con escudo. También contaban con torres portátiles con ruedas para el asalto, que tenían espacio para los arqueros.
Para demostrar su poder, destruían completamente las ciudades capturadas y las tierras de cultivo que las rodeaban; se llevaban sus tesoros como botín y a sus habitantes los mataban o hacían prisioneros. La mayor parte terminaba como esclavo; el resto era enviado a otras ciudades para que contaran lo que habían sufrido, con el fin de evitar rebeliones.
La infantería estaba armada con arcos, flechas, ondas y lanzas, mientras que la caballería usaba arcos y lanzas. Los carros de guerra, tirados por caballos, llevaban un conductor, un arquero y un soldado con escudo. También contaban con torres portátiles con ruedas para el asalto, que tenían espacio para los arqueros.